16 de marzo de 2006

Rebelión en la Granja

En "Tommyknockers", de Stephen King, el protagonista al ver a los nuevos seres que evolucionaban en su pueblo por influencia de una enorme nave extraterrestre, recordó el célebre pasaje final de la excelente sátira de Orwell, "Animal farm" (traducida al castellano como "Rebelión en la granja"). Leerlo en el libro de King me rememoró esa misma frase final de la obra de Orwell y me indujo a pensar en analogías, por demás trilladas, al compararlo con el panorama nacional.
En "Rebelión en la granja" los animales se levantan en contra del hombre y su injusta manera de administrar la granja y sus vidas; toman el control de ésta y comienzan a gobernarse a sí mismos con nuevas reglas donde establecen la igualdad entre todos los animales. Pronto el sistema se pervierte a favor de unos pocos. La clase gobernante, los cerdos, resulta favorecida por los cambios, y son ellos quienes al final de la obra se muestran tan despóticos como el anterior amo humano. La novela corta es punzante en su crítica al régimen comunista de Stalin (época en que salió publicada), pero tristemente parece aplicarse a casi todas las revoluciones, pues al parecer las revoluciones dependen más de los hombres que de las ideas.
El pasaje final de "Rebelión en la granja" dice:
"Los animales de afuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible discernir quién era quién".
Prefiero pensar en los tommyknockers...

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