28 de mayo de 2016

El largo camino a la virtualidad

Existió un momento a principios de la última década del siglo pasado cuando UBIK, Club de Ciencia Ficción de la USB decidió volverse digital. Ese momento ocurrió en Sartenejas en 1994. Era una idea que había madurado rápidamente como ocurre normalmente en el acelerado universo del ciberespacio y ocurrió en una Venezuela que apenas despertaba a la era de Internet. Es por eso que la primera encarnación digital de UBIK fue un BBS: UBIK BBS, que funcionó durante casi cuatro años (1994 – 1998) en una oficina del edificio Ciencias Básicas II de la Universidad Simón Bolívar. El proyecto contó con el apoyo de la universidad en la figura del Departamento de Actividades y Organizaciones Estudiantiles de la Dirección de Desarrollo Estudiantil. El club hizo su trabajo, investigó, formuló el proyecto y obtuvo la aprobación del presupuesto. En hardware eso significó la adquisición de una computadora con un modem de 14,4 Kbps y la asignación de una línea telefónica. En lo que a software se refiere se tramitó la adquisición del programa de comunicaciones del BBS: la versión 5.0 de TriBBS, un popular sistema de BBS que era ampliamente utilizado en el mundo de los BBS venezolanos de mediados de los noventa. La instalación, configuración y puesta en marcha de UBIK BBS corrió por cuenta de los miembros de UBIK. A principios de 1994 se inaugura el BBS a través del número 906 34 75 y se da inicio a la andadura digital de la Ciencia Ficción venezolana. Sin embargo, la gloriosa época de los BBS ya estaba llegando a su fin. Fue un período deslumbrante y efímero, pero ya la presencia de internet comenzaba a dominar el panorama y su promesa de globalización arrolló el pequeño mundo de los BBS en Venezuela.

Es por eso que para finales del año 1996 comencé a trabajar en la página de la futura página web de la asociación venezolana de ciencia ficción y fantasía. La idea que tenía era llevar a Internet la información histórica de UBIK, sus objetivos, actividades y logros, y además dar inicio al deambular internacional de una organización de carácter nacional dedicada a la tarea de divulgar el género fantástico venezolano. Así, durante ese tercio final del noventa y seis me dediqué a trabajar en HTML y ensamblé un conjunto de páginas sobre el tema de UBIK y la nueva asociación. El 10 de enero de 1997 inauguré la primera página web de la asociación venezolana de ciencia ficción y fantasía. Para albergar a la nueva criatura, escogí el servidor gratuito de páginas web más famoso de la época: GeoCities. Como no podía ser de otra forma, al ser Ciencia Ficción el tema que saturaba las páginas del nuevo portal, inicialmente lo ubiqué en uno de los directorios de GeoCities dedicados a la CF llamado Vault (el otro era Area51). Años después, con la compra de GeoCities por Yahoo! en 1999, el directorio cambió de nombre y pasó a un directorio personal que llamé ubikcf; allí permaneció el portal de la asociación hasta marzo de 2006 (la página de GeoCities, sin actualizar desde esa fecha, coexistiría hasta 2009 cuando Yahoo! cierra GeoCities). Durante estos años iniciales el portal crece en información, se incluyen todas las publicaciones históricas de UBIK (Cygnus, la Gaceta de UBIK y el Necronomicón) y se añaden las nuevas creadas por la asociación venezolana de Ciencia Ficción y Fantasía (Desde el Lado Obscuro, Ubikverso y segunda época del Necronomicón).

En 2006 Juan Carlos Aguilar y yo tomamos la decisión de migrar las páginas de la asociación a un servidor privado y estrenamos el dominio www.avcff.org.  Durante esos últimos diez años cambiamos el sistema de noticias a un blog (antes la organización y actualización de las noticias se realizaba manualmente) y se intentaron opciones para automatizar la gestión de los contenidos de la página web. En este período se añadió la sección de Ediciones Ubikness.

Al final del camino, en 2015, se decidió la migración a un servidor que facilitara la publicación de contenidos y dejar atrás la tarea de diseñar las páginas a partir de la diagramación artesanal en HTML desde cero. Luego de evaluar varias opciones y experimentar con pruebas piloto con unos cuantos servicios de hosting disponibles nos decidimos por Wix y desde finales de 2015 se mudó la información al nuevo sistema y se diseñó la nueva imagen del portal que incluye un nuevo logotipo diseñado por William Trabacilo.  Entre las bondades del sistema está la versión móvil del portal que puede ser visitado desde cualquier teléfono inteligente u otro dispositivo android y la facilidad de edición y adición de nuevos contenidos. En esta actualización se amplió la oferta de formatos digitales de las distintas publicaciones de la asociación. La mayoría están disponibles en formato PDF, epub y mobi que pueden ser leídos en dispositivos de lectura digital como el Nook, el Kindle, IPADs y tabletas android.

La migración al nuevo formato se completa en marzo de 2016 y hemos aprovechado el mes aniversario de UBIK (mayo) para promocionar la nueva imagen de avcff.org.

Ha sido un largo camino de 19 años, lleno de cambios. Significó la evolución de un pequeño club universitario que aspiró una presencia más allá de las montañas que rodean el Valle de Sartenejas y en una forma más bien etérea medra actualmente en patrones de bits de una existencia virtual.

15 de mayo de 2015

Tantos años, tantas tumbas

Siempre debemos tener tiempo para detenernos, tomar un respiro y mirar hacia atrás.

Ahora lo estoy haciendo. Ha pasado un montón de años y cuando yo hablo de un montón de años, lo hago con la propiedad del caso. Casi siento el tiempo como un pergamino seco que se cuartea ante mi examen. Ha sido una ruta parecida a la que sorteó Perseo o la que sentenció a Jack Torrance. Larga y tortuosa, llena de recuerdos.

Todo comenzó en la década de los ochenta, cuando éramos un grupo de escritores de Ciencia Ficción que teníamos la  ilusión de promocionar el querido género. Nos organizamos e interpretamos lo mejor que podíamos el papel de pioneros en un ámbito universitario que afortunadamente era bien propicio. Publicamos una revista y organizamos un concurso literario durante muchos años. Reunimos a un grupo de gente que escribía historias fantásticas y creamos una suerte de cofradía de literatos algo soñadores. Como todo lo que se echa a andar, esta creación adquirió masa e inercia en su movimiento.

Pronto la criatura exigió más, demandó ver el mundo y no quedarse recluida entre los muros de la universidad. En ese momento, los miembros de ese club de Ciencia Ficción llamado UBIK decidimos elaborar una antología con las mejores historias publicadas en la revista y los mejores relatos de los que habían participado en los concursos literarios. Esa publicación vendría a ser un reflejo de lo que se estaba escribiendo en Ciencia Ficción en la Venezuela de las postrimerías del siglo XX. Tampoco es que el acervo bibliográfico del género en Venezuela fuera muy profuso, lo que era otra razón para embarcarnos en la iniciativa.

Se trabajó en la selección y corrección de los textos. Se buscaron editoriales. El proyecto se estrelló y no hubo sobrevivientes; bueno, casi no hubo sobrevivientes. En ese momento había otras prioridades. Estudiantes que querían graduarse. Graduados que tenían que trabajar. Trabajadores que tenían una vida. Así fue como los restos del proyecto quedaron engavetados en los archivos de UBIK y fueron mudados con el resto de los enseres de oficina todas las veces que la sede del club fue trasladada de un sitio a otro en los siguientes 25 años. En algún momento, los papeles de la antología se extraviaron y lo único que quedó fue su recuerdo. Aunque eso no fue lo único que se perdió.

En todo ese tiempo, la idea quedó sembrada en la mente de algunos de los miembros de UBIK mientras deambulaban por eso que se llama vida. De vez en cuando alguno de ellos arrojaba un pedazo de madera en el fuego y mantenía encendida la llama. Sin embargo, en el camino poco a poco fueron quedando los cuerpos de los caídos. Casi todos esos nombres que poblaron aquella malograda antología se perdieron. Se detuvieron durante la travesía posterior a la debacle y se decidieron por otras metas, abandonaron el camino literario y cambiaron una promesa por otra. No es culpa de nadie, la vida es así. Aún los recuerdo: sus maneras, sus giros y el tono de sus escritos. Fósiles impresos en mi memoria.

Hoy la idea se plasmó en una nueva antología: la antigua, como ya dije, estaba perdida. Después de una cantidad de tiempo que se antoja dilatado o breve, dependiendo del punto de vista, se edita una antología de Ciencia Ficción de autores venezolanos. Son otros nombres, otras obras. Nadie recordará el camino que hemos transitado, salvo yo y esta nota que he escrito. Por eso siempre es saludable detenerse y echar un vistazo hacia atrás.

La antología, “12 grados de latitud norte”, se publica gracias a Ediciones Ubikness, giro quizás pícaro de esta historia.

8 de abril de 2012

Un editorial para el Necronomicón 22

Hay quien dice que las actualizaciones de mis publicaciones son poco frecuentes... y no puedo decir que no haya algo de verdad en ello. Por eso parte de mi editorial en el Necronomicón número 22 se refirió a ese aspecto poco halagüeño de mi labor de editor:

"Me gustaría pensar, aunque sé que no es el caso, que el Necronomicón es como aquellos viejos conocidos que tenemos años sin verlos y que de pronto nos llaman por teléfono o nos tocan a la puerta en un imprevisto e improbable sábado por la tarde. Levantamos el auricular o abrimos la puerta y… ¡sorpresa! Allí están como si el tiempo no hubiera pasado..."

"Me gustaría creer que la llegada del Necronomicón despierta en los lectores esa alegría por los viejos conocidos y la nostalgia de los recuerdos que trae el reencuentro. Pero también es muy probable que el amable lector deje de serlo en el preciso momento en que apelo a su indulgencia, y quiera sumarse a una entusiasta masa indignada y vociferante, armada de antorchas, hoces y
tridentes, clamando por la cabeza del editor-monstruo que se oculta en el granero. Nada como una catarsis colectiva ante un editor indolente para regodearse, en la calma y el sosiego de las brasas humeantes, con una buena lectura."

(…)

"Así que mientras la multitud clama por mi cabeza y yo arrojo por las ventanas del ático los ejemplares del último número del Necronomicón, confío que los lectores sepan ser considerados con el monstruo que medra en el cuerpo de un humano llamado Jorge De Abreu. Un monstruo que aguarda, que escucha los pasos del gentío abrumador que viene por él y que viene por más… Mientras, en el ínterin, entre el ruido de los pasos y los golpes en la puerta, espero que la lectura sea placentera".

Lo cierto es que más tarde que temprano, el Necro (como se lo conoce en los bajos fondos) ya está en línea y llegó con tres cuentos sobrenaturales de Marcelo Nasra, Juan Manuel Valitutti y Magnus Dagon. Para aquellos lectores para quienes las palabras no son suficientes para pasar la noche en vela, las ilustraciones de Juan Raffo, William Trabacilo y Joseín Moros terminarán la labor de ubicar al viajero en la justa dimensión de este caos organizado que llamamos vida.

Pueden leer número completo en: Necronomicón 22.

19 de enero de 2012

Procedimiento experimental

El científico apretó la garganta de la rata, firmemente, sin soltar la presa. A su lado el cronómetro digital llevaba la cuenta de los segundos y un grabador digital registraba sus observaciones. Lentamente la vida abandonó el cuerpo del roedor. El hombre sintió la flacidez de la muerte.
—El sujeto ha muerto —indicó con suficiencia—. El procedimiento de asfixia mecánica es exitoso cuando se desea acabar con las reacciones metabólicas de un organismo.
Tomó el cuerpo exánime y lo colocó sobre la mesa de disección. Le tomó un par de fotografías para el expediente y cotejó algunos datos de identificación. Continuó la grabación:
—He culminado la mitad del procedimiento en forma satisfactoria. El sujeto siempre muere. Ahora sólo me resta ingeniar un método para devolverle la vida al paciente. Por hoy me siento satisfecho. Fin del registro número mil quinientos cuarenta y siete.

16 de enero de 2012

Siracusa

Arquímedes estaba absorto en sus cálculos y no sintió la llegada de la soldadesca. Un militar huraño e ignorante pateó la arena sobre la que el sabio dibujaba ángulos y vectores con una pequeña vara de madera.
—¡No fastidies mis círculos! –gritó el anciano enfurecido y de un salto le clavó la estaca en el ojo.
En algún lugar un engranaje del tiempo chirrió y se saltó un diente.