16 de julio de 2004

Pompa de jabón

 
Detrás de la burbuja de detergente sabiamente diseñada, sutil interfase entre la fantasía y la ciencia, el extraterrestre observaba, ausente, el juego de los niños sobre el pasto fresco. Veía la suave brisa inmaterial doblar gentilamente las hojas más elevadas de las hierbas y escuchaba las risas saltarinas que retaban en carreras desenfrenadas. Un rápido cloqueo en su extraño idioma ajustó el espesor de la burbuja y le permitió captar con mayor claridad la escena. Los niños aún no habían reparado en él, quizás porque era lo más parecido a un costal viejo lleno de cachivaches, y retozaban bajo el sol. Respiró hondamente e intentó recordar su hogar distante a milenios de ese inusual planeta azul que se reflejaba en la iridiscente curvatura de la burbuja. Luego su conciencia percibió el verde omnipresente y concibió lo más parecido a un chiste sobre lo distinto que se ven las cosas de cerca... de cerca. Cansado, olvidó su mundo de grises nieblas, pesado y oblicuo, y se detuvo cerca de una macolla exhuberante, ajeno, al otro lado de la burbuja. Lentamente, sin premeditación, sin pensar, muy lejos de allí, en su mundo y con su gente, apagó el generador de la burbuja y el aire entró a raudales por el boquete, sobre su cuerpo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola! que bien escribes!! un poco corto para mi desenfrenada sed de ciencia ficción pero suficiente como para escaparme un minuto de la realidad.

Me contenta haber pasado por aquí y poder saludarte!
Saludos! Rossi
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