25 de febrero de 2008

YKK

Cuando comencé a leerlo, y aún ahora, lo conocí como Café Alpha. Sin embargo, su nombre original es Yokohama Kaidashi Kikou. Pueden leer algo más académico que mis impresiones en la Wikipedia y si desean conocer el trabajo del traductor (pues aún no ha sido licenciado en ningún país occidental), pueden referirse a http://ykk.misago.org/.
YKK es una rareza entre los mangas. Allí donde la violencia o la acción (o ambas) son la norma, en YKK son una excepción. Es una historia sobre la maravilla de las cosas simples. Mientras lo leía recordaba la impresión que también causó en mí la obra fílmica "Mi amigo Totoro". Las dos historias comparten ese regocijo por el día a día, lo trivial, lo doméstico, visto como las grandes cosas de las que está formada la vida. La historia es abierta, no sabemos cómo llegamos allí, ni a dónde vamos. Simplemente estamos, vivimos.
El manga nos permite conocer la vida de Alpha, una robot que regenta un pequeño café con una pequeña clientela. Acompañamos a Alpha mientras incursiona en su mundo. La acompañamos mientras se abre al mundo que había permanecido sellado en el exterior.
El mundo de Alpha está muriendo, la naturaleza está cobrando un venganza incruenta y la humanidad acepta su destino con dignidad, respetando a aquella a la que tanto daño causó.
YKK es una historia sobre la vida, sobre una taza de café, sobre las luces de una ciudad sumergida bajo las aguas, sobre las carreteras reclamadas por la maleza, sobre los pueblos que involucionan en caseríos y terminan por desaparecer. Es una historia de gente sencilla que disfruta de gente sencilla, donde lo importante es el contenido y no la forma.
En YKK lo que importa realmente no es el tamaño.