27 de enero de 2004

Hitler, Churchill... y un loro.

Resulta que apareció el loro de Churchill, un ave de más de cien años, mal hablada y enjuta. Resulta que no es un loro sino una guacamaya azul y amarilla, pero igualmente sigue tan mal hablada y enjuta como cualquier ave que alcance los 104 años y le duela hasta el alma, si se me permite una suposición tan espiritual.
Así que según el cuento, Churchil se compró la guacamaya en 1937 y enseguida destinó todo su genio de estadista en enseñarle al animal groserías e insultos contra Hitler y los nazis. Según las agencias noticiosas el ave es un dechado de fucks anacrónicos: ¿Será que Charlie tiene demencia senil? Lo olvidaba, Charlie es el nombre de la guacamaya, pero Charlie no es macho. Dada su cautividad de toda una vida (y que según algunos estándares comprende más vidas que algunas vidas), poco sabemos de sus inclinaciones sexuales y su hipotética opinión sobre un nombre masculino... a lo mejor hubiera preferido ser Dorotea.
Hitler no tuvo oportunidad de oir el acento británico de Charlie; en primer lugar porque jamás tuvo el placer de conocerlo personalmente y en segundo lugar porque las toneladas de bombas que caían diariamente sobre Londres durante la guerra le hubieran impedido oir las maldiciones del animalito.
Me enteré de Charlie en un chat de Ucronia, hablábamos de Ciencia Ficción por lo que la noticia no estuvo fuera de lugar. Charlie, Churchill y Hitler reunidos en la historia actual después de 59 años. Lo curioso es que los hombres han muerto, pero la guacamaya prevalece...
Ahora salieron los desmentidos, noticias de la realidad que quieren robar la fantasía de un ave del siglo XIX que hace historia. Ahora dicen que Churchill no tuvo nunca una guacamaya, que lo que más se le acercaba era una cotorra africana, muy alejada del colorido tropical de una Ara ararauna. Ahora la hija de Churchill (¡Por Dios, también está viva?) rememora a su padre y niega el derecho de Charlie de integrar el panteón de los animales. Ahora me dicen que todo el tinglado de Ciencia Ficción que nos habíamos montado en la cabeza no era más que una mentira o tal vez una confusión de identidades; tal vez Charlie no era la guacamaya de Churchill sino la guacamaya de Napoleón, entonces estaríamos frente a una improbabilidad de 204 años.
Pero demos gracias a algunos reporteros poco escrupulosos que secuestran la vida privada de una guacamaya y nos dan materia prima para los cuentos, las historias y la vida fuera de la realidad.

21 de enero de 2004

El escritor que llegó del frío...

¡Por fin! (música liberadora: Pastoral de Beethoven)
Venciendo la inercia del síndrome del editor, después de tanto tiempo he logrado terminar un relato (fanfarrias). La idea se me coló por intermedio de dos palabras buscadas al azar en el diccionario... déjenme decirles que como método inspirador tiene sus ventajas (al menos para mí).
Las palabras: estival y luminotecnia. En general las palabras tienen la virtud de desencadenar imágenes que se evocan en la mente y esas imágenes son la esencia de las ideas: vemos la idea. En este caso las palabras eran muy luminosas, mucho sol, mucha luz, mucho calor... como una visión de Reverón. Le había dado vuelta a esas dos palabritas y se me había ocurrido la idea de contar algo con humor negro: un niño dejado por sus padres en el medio del desierto y su lenta agonía pensando en los Mac Donalds, los Wendys... pero algo en la historia no me convencía y la imagen del niñito secándose al sol estaba por encima de las demás consideraciones literarias. Una carcasa de cuerpo reseco, cuero curtido y blanqueado al sol, mechones de cabellos desteñidos... La imagen, la idea. De allí a la historia de un soldado muerto negado a desaparecer, símbolo de la guerra y la muerte... Lo escribí en 300 palabras porque eran los requerimientos que me había impuesto con el fin de enviarlo a un concurso dominicano y lo titulé: "El muerto en la colina" (el título
no cuenta en las 300 palabras :-)
Mientras lo concebía y ensamblaba las imágenes recordé el proceso de otro relato nacido de palabras, aunque en aquel caso las palabras fueron cuatro. Sin embargo, ahora no es el momento de contar la historia de "Brabante", quizás en otra ocasión.

20 de enero de 2004

¡¡¡¡Otro DLO!!!!

Uno más y con ése completo otros cuatro por año. 2004 entra como el tercer año de esta nueva época de Desde el Lado Obscuro (DLO).
Gracias a Juan Carlos, DLO ha logrado reseñar un aspecto de las Convenciones Mundiales de Ciencia Ficción; el trabajito fue arduo y a veces espinoso, como cuando JCAN revisó la prueba fianl del número 7 y después tuve que reeditarlo todo de nuevo... gajes del oficio. Bueno, pueden ver el resultado de DLO 7 y 8 en el portal de Desde el Lado Obscuro.
Ahora será hasta la edición de enero...

14 de enero de 2004

Hola, mundo.

Siguiendo una tradición del siglo pasado me doy la bienvenida cuando por fin he tomado una decisión... cómo si el trabajo y UBIK no absorbieran más tiempo del que considero justo y necesario.

Lentamente, poco a poco, la forma tomará esencia... mientras tanto ya la suerte está echada.