Hace ya bastantes, bastantes años, Yamil Madi, Víctor Pineda y yo, nos pusimos a hacer animaciones y grabarlas en super ocho. Eso fue hace mucho tiempo, como pueden suponer por el medio que empleamos para filmar. Creo que filmamos una media docena de cintas, la mayoría fueron escenas donde experimentábamos con distintas ideas y recursos. Entre tanta experimentación logramos culminar la producción de un sencillo corto basado en una historieta de Yamil. El libreto era de CF y fue animado con figuras dibujadas sobre papel y acetato y fotografiadas bajo un vidrio que no emitía reflejos. La iluminación la proveyeron un par de potentes lámparas de halógeno. Nos tomó varios días de trabajo (la mayoría para dibujar los personajes y escenario) y un larguísimo día para la filmación.
Hoy, con las bondades de la tecnología digital... Ya había acariciado la idea de volver a aquellos campos de la paciencia, la dedicación y el amor por lo minucioso-obsesivo-compulsivo del mundo de la animación. Pero con mi literatura, ando lento y me demoró ensimismado contemplando la punta de mi nariz (que no es una tarea muy complicada de ejecutar). Por fin, el sábado pasado me decidí y agarré la cámara y el trípode que había comprado hacía sopotomil años, y me fui al cuarto de trastos con la firme intención de probar algunas ideas o morir en el intento.
Para la tarea no tenía el más mínimo esbozo de un libreto, el argumento surgió por ósmosis y lentamente le fui añadiendo elementos a una tonta historia, en un plan de trabajo que a todas luces contravenía los cánones que rigen al gremio de los animadores. Si alguno del gremio lee esto, que sea indulgente con la serie de barrabasadas que describiré.
Estuve poco tiempo fotografiando los cuadros, tal vez cuarenta y cinco minutos. Durante el proceso recordé muchas cosas que creía haber olvidado sobre el trabajito de la animación, cometí los inevitables errores del apresuramiento y la inexperiencia, pero al final el resultado, con todos sus defectos, me permitió romper con la inercia y el temor de ponerme a mover muñequitos paso a paso.
La animación está disponible, para aquellos valientes que la deseen ver, en la página principal de UBIK. Es relativamente pequeña, 1,4 MB, absolutamente sencilla y muy corta (6 segundos). La trama la fui improvisando sobre la marcha, pues cuando comencé a fotografiar no tenía idea de lo que iba a hacer. Busqué entre los juguetes de mi hijo y me pareció que me los había escondido, pues no encontré ninguno. Lo poco que pude conseguir sirvió como desencadenante de la trama. Utilice luz natural, a pesar de las evidentes desventajas de su uso en "stop motion". Podrán observar las fluctuaciones de la iluminación en el video: cualquier nube que se interponga ante el sol o la caída del vecino desde la planta superior, ocasiona variaciones en la intensidad de la luz entre fotogramas y eso es notorio en el producto terminado.
Cuando empecé a mover al muñequito descarté de plano moverle las piernas, porque eso complicaría la animación y pondría en riesgo el equilibrio de la figura. Como no marqué la posición de cada figura, si ésta se caía perdería todo el trabajo pues me sería imposible ubicarla de nuevo en su sitio. Se me ocurrió entonces, en cambio, para darle dinamismo a la escena, moverle las manos al bomberito. El resultado no es muy natural... pero, ¡por Dios!, los muñequitos no son precisamente un reflejo de la vida misma.
Luego me di cuenta que mover al bombero frente a la pantalla, con el policía saludándolo al fondo iba a ser bastante soso. Así que se me ocurrió lo del dinosaurio (mil gracias a McDonald’s y a sus carnadas infantiles) y la caminata se convirtió en persecución. Otro problema se presentó con el escenario, pues había un desnivel entre éste y la plataforma sobre la cual lo ubiqué (bueno, plataforma es un término para darle sobriedad técnica a mi descripción, pues era una simple mesa de planchar). Tal vez podrán observar que el bombero de marras no tiene rodillas, así que subirlo por el escalón hacia el escenario era imposible (moraleja: verifica minuciosamente todo lo que debes hacer para terminar la escena, antes de fotografiarla). La falta de rodillas y el escalón originaron obligadamente la caída que precipitaría, como fichas de dominó, el resto de los eventos. El final es un clásico... un clásico reflejo de la falta de ideas.
Bueno, la prueba está allí, en público para que vean lo bueno y lo malo. Espero que la próxima animación logré superar algunas de estas deficiencias y afiance las virtudes. Iba a añadir: buen provecho, pero mejor me contengo y espero expectante...
4 de octubre de 2005
30 de septiembre de 2005
¡Necrooooo Necrooooo!
Ya está. Ya está en línea por fin.
Septiembre no pasó sin dejar el noveno número de Necronomicón... un número repleto de ficción supercorta de Fantasía, Terror y Ciencia Ficción. Un número como para leérselo en un viaje en metro, si existiera el dispositivo práctico, bueno, bonito y barato para hacerlo. Mientras llega ese dispositivo (y no dudo que llegará), se pueden imprimir el Necronomicón (no el ominoso libro de Lovecraft sino la publicación) y leerla en su cama, baño, parque o sitio favorito, en completa paz con el mundo... disfrutando de la lectura. Si quieren compartir la publicación impresa se los agradecere con mi alma material, y que el Necro llegue a donde jamás ha llegado Internet.
El número de septiembre, el noveno desde que comenzó la cosa, viene con los excelentes relatos de dos mexicanos: Iñigo Fernández y Jorge Sánchez, y un español: Juan de Dios Garduño. La ilustración como siempre corresponde a Juan Raffo a quien una vez más debo agradecerle por permitir añadirle otra dimensión a la literatura que se muestra en Necronomicón.
Pueden leer el Necronomicón 9 en: http://www.geocities.com/ubikcf/necronomicon/necro9/necro9.htm
O leer todos los números y la información general sobre la publicación en:
http://www.geocities.com/ubikcf/necroindice.htm
¡Bueno, ahora a bregar con el número 10!
Septiembre no pasó sin dejar el noveno número de Necronomicón... un número repleto de ficción supercorta de Fantasía, Terror y Ciencia Ficción. Un número como para leérselo en un viaje en metro, si existiera el dispositivo práctico, bueno, bonito y barato para hacerlo. Mientras llega ese dispositivo (y no dudo que llegará), se pueden imprimir el Necronomicón (no el ominoso libro de Lovecraft sino la publicación) y leerla en su cama, baño, parque o sitio favorito, en completa paz con el mundo... disfrutando de la lectura. Si quieren compartir la publicación impresa se los agradecere con mi alma material, y que el Necro llegue a donde jamás ha llegado Internet.
El número de septiembre, el noveno desde que comenzó la cosa, viene con los excelentes relatos de dos mexicanos: Iñigo Fernández y Jorge Sánchez, y un español: Juan de Dios Garduño. La ilustración como siempre corresponde a Juan Raffo a quien una vez más debo agradecerle por permitir añadirle otra dimensión a la literatura que se muestra en Necronomicón.
Pueden leer el Necronomicón 9 en: http://www.geocities.com/ubikcf/necronomicon/necro9/necro9.htm
O leer todos los números y la información general sobre la publicación en:
http://www.geocities.com/ubikcf/necroindice.htm
¡Bueno, ahora a bregar con el número 10!
23 de septiembre de 2005
Cuento de pollos en Letralia
Acaba de salir el número 130 de la revista digital Letralia, el número viene con un cuento mío: "Pío, pío".
Quienes han tenido el valor de leer con cierta frecuencia este blog, podrán recordar que el cuento apareció originalmente en este campo de pruebas. Ahora lo he soltado a ver si se defiende en el ancho mundo. Si quieren leerlo por primera vez los invito: http://www.letralia.com/130/letras09.htm.
Punto aparte, estoy terminando de ensamblar la novena encarnación del Necronomicón. Si el último de los autores me responde con su visto bueno a la presentación que le redacté, el Necronomicón estará en línea a mediados de la semana que viene.
Bueno, me tengo que ir a cuidar los pollitos que me quedan...
Quienes han tenido el valor de leer con cierta frecuencia este blog, podrán recordar que el cuento apareció originalmente en este campo de pruebas. Ahora lo he soltado a ver si se defiende en el ancho mundo. Si quieren leerlo por primera vez los invito: http://www.letralia.com/130/letras09.htm.
Punto aparte, estoy terminando de ensamblar la novena encarnación del Necronomicón. Si el último de los autores me responde con su visto bueno a la presentación que le redacté, el Necronomicón estará en línea a mediados de la semana que viene.
Bueno, me tengo que ir a cuidar los pollitos que me quedan...
14 de septiembre de 2005
Viva la France!
Acabo de enterarme que mi relato Humanidad (Humanité) salió publicado en el fanzine francés Présences d'esprits Número 44 del trimestre en curso. Originalmente, el relato apareció, en español, en Letralia número 123 (http://www.letralia.com/123/letras11.htm).
El cuento fue gentilmente traducido al francés por Georges Bormand, de la lista Comunidad CF, y comparte honores con el relato de Susana Sussmann (La esperanza es lo último que se pierde - L'Espérance est la dernière chose qu'on perd), otra venezolana dedicada a estas lides de escribir CF en Venezuela, aunque en este caso nuestros relatos salieron trasformados a la lengua de Rabelais. Pueden ver la portada de la revista y la tabla de contenidos en:
http://www.anneau-monde.com/zine/dernier/
Lamentablemente la foto de la portada es muy pequeña y no se pueden apreciar los detalles, cuando reciba la copia impresa publicaré una mejor fotografía.
El cuento fue gentilmente traducido al francés por Georges Bormand, de la lista Comunidad CF, y comparte honores con el relato de Susana Sussmann (La esperanza es lo último que se pierde - L'Espérance est la dernière chose qu'on perd), otra venezolana dedicada a estas lides de escribir CF en Venezuela, aunque en este caso nuestros relatos salieron trasformados a la lengua de Rabelais. Pueden ver la portada de la revista y la tabla de contenidos en:
http://www.anneau-monde.com/zine/dernier/
Lamentablemente la foto de la portada es muy pequeña y no se pueden apreciar los detalles, cuando reciba la copia impresa publicaré una mejor fotografía.
24 de agosto de 2005
Crónica tertuliosa de un 30 de julio
El superpasado 30 de julio se realizó la III tertulia de CF, etcétera, etcétera, etcétera... y no menciono la Fantasía y el Terror porque brillaron por su ausencia. Tal vez una referencia al juego de video Resident Evil 4 (si eso se puede llamar una alusión académica al género del Terror).
La reunión informal se celebró en la terracita de la Fuente de Soda El León en La Castellana (donde se piensa celebrar la próxima tertulia este sábado venidero). Asistimos unos cuantos locos que leemos CF y demás hierbas desde hace unos cuantos años y aún lo hacemos aunque el sentido común parecen señalar con demasiada sensatez que debiéramos dedicarnos a tareas menos irrealistas y más "productivas" (tremendo estremecimiento colocar tales palabras y en esa secuencia con su carga semántica).
Ojalá que la actividad dure el doble de lo que como actividad humana tiene que durar, que se afinque y tienda sus raíces y cuando le de la gana rinda frutos.
Seguidamente copio la crónica que en un momento de espasmo cerebral llegué a escribir (el tono personal es absoluta culpa mía, pero la verdad es que sí estuve allí):
"Llegué tarde a la fuente de soda El León (quizás las cinco de la tarde), lo admito, pero llegué quinto y hubo siete que llegaron después de mí (probable indicador de lo dispersa que fue la reunión). Ya estaba Juan Raffo, quien fue engañado con artes ignotas para fungir de maestro de ceremonias de la tercera tertulia ante la ausencia de Susana Sussmann. Apenas llegué, y debo mencionar que bien acompañado porque si no cualquiera pensaría lo peor de mí, se retiró uno de los tertulianos cuyo nombre no logro aún recordar pues apenas nos presentamos huyó por la derecha. El sol ya declinaba en algún punto del oeste, pero sus rayos oblicuos herían mis ojos y un calorcillo desagradable aún podía sentirse en el cuerpo. Estaban presentes el susodicho Juan Raffo con una cámara fotográfica de batería exhausta, Guido Nuñez, biólogo visitante de la lejana Mérida y José Contreras, químico erudito versado en el conocimiento del mono acuático y otros secretos.
Lo acontecido antes de nuestra llegada (yo y mis acompañantes), lo ignoro. Según Juan, había sido tentado cual apóstol por el abandono y estuvo a punto de marcharse, pero almas perdidas llegaron a tiempo para redimirlo y esclavizarlo a un futuro de CF, Fantasía y Terror. He dicho que llegué bien acompañado porque fui maniatado por mi esposa (Fili) y mis dos hijas y obligado por antiguas artes Bene Gesserit a llevarlas a la reunión... afortunadamente, pues fueron las únicas féminas que se apersonaron en toda la noche (uno de los mayores misterios del género fantástico es esa preponderancia masculina -que lo digan los fantasmas del reino de Ubikness).
La conversación se inició lentamente, como con la intención de afianzar las palabras por temor a perderlas en una ventolera. No pasaron diez minutos y llegó la primera oleada de la gente de Umbral (Walter et al.). Ya nos habíamos cambiado de la mesa de cuatro puestos a una siamesa donde se pudieron encasquetar más diez asientos. Casi enseguida llegó también Víctor Pineda. José Contreras marcó la pauta de ese inicio trémulo, planteándome su inquietud de hablar sobre los libros gratis, luego discurrió como todo buen amante del género a otros temas de ciencia y CF, incluyendo una interesante explicación del ascensor de nanotubos. En ese momento la conversación comenzó una combustión más eficiente y se habló de feminismo y varones domados, aprovechando que las tres mujeres se habían ido momentáneamente al McDonalds cercano a comprar unos helados (visiblemente insatisfechas por la calidad del helado de la fuente de soda).
Curiosamente se habló de los objetivos de UBIK y de Umbral, la coincidencia en las metas trazadas por ambas asociaciones sólo podría sorprender a un oligofrénico; sin embargo, quedamos sorprendidos y transamos en que UBIK se dedicara a compilar la palabra y Umbral a predicarla. Los umbralosos ante las preguntas de los presentes informaron que afortunadamente no se había grabado la emisión radiofónica del primer programa de los miembros del grupo. De tal manera que la posteridad no se enterará jamás de lo dicho en dicho programa, pero rogamos a los testigos presenciales por un resumen. Los ubikuos por su parte mostraron el acta constitutiva en su enésima versión, comentaron el descubrimiento de la supervivencia y aparente buena salud del UBIK USB y la intención de uno de sus miembros de organizar un congreso de Ciencia Ficción el año próximo. Lamentablemente, Christian León, ubikuo-USB, propulsor de la iniciativa no se presentó, por lo que no se adelantó nada más en ese sentido.
En ese momento la charla se diversificó por fisión multitudinaria, se hablaba de Memento mori, de glicólisis, de Asimov, de Alzheimer y del mono acuático. En algún punto cercano de las seis de la tarde, José Contreras propuso hablar sobre los libros gratis y nunca terminamos de escuchar su propuesta porque ya conocemos lo polémico que resulta ese tema. La noche se avecinaba y los umbralosos y José se ahuyentaron como una especie de antivampiros y nos dejaron más desamparados que población desplazada por alguna jihad de un nuevo Kwisatz Haderach.
En ese momento Juan Raffo desahució a su cámara fotográfica por falta de energía, nos quejamos por lo escuálida que pintaba la tertulia de ese instante en adelante y por arte de magia dimos otro ejemplo de lo extremadamente adaptable que es el Homo sapiens a situaciones desfavorables: la conversación volvió a animarse y se habló mucho sobre la escasez de libros de CF que es patente en cualquier librería venezolana, se habló de autores y de cuál fue nuestro bautismo en el género. Yo volví nuevamente a fastidiar con mi incapacidad de leer obras de gran longitud sentado frente a una pantalla de computador: una nalguita sí y otra no, inclinado hacia delante o reclinado hacia atrás lo más posible, leyendo lentamente hasta que los calambres te atormenten por los siglos de los siglos, pero aparentemente nadie más sufre de tales inconvenientes ergonómicos. Guido Núñez me propuso usar un PDA para aliviar mi escozor tecnológico y nos mostró su nuevo nené, le sonreímos e hicimos morisquetas a la HP Jornada y hasta más de una mala idea pasó por mi cabeza (y no piensen mal que todas se relacionaban con la lectura). Tal vez haya una esperanza para la carencia de literatura de CF en Venezuela, tal vez la tecnología se esté acercando a la verdadera comodidad del papel.
Quizás serían unos minutos después de las siete de la noche cuando apareció Alexis y la segunda ola de umbralosos. El hombre parecía un tantín desorientado y pasó un par de veces a nuestro lado sin darse cuenta del tema de conversación que tratábamos, cuando se encaramó en la mesa fue que notó nuestra presencia. Alexis había estado en la charla sobre clonación que se había dictado en el planetario. La charla en cuestión había comenzado con la exhibición de un capítulo de Enterprise que tocaba el tema. Alexis nos hizo un resumen de lo acontecido y la tertulia se decantó en una interesante discusión sobre clonación y células madre. A mitad de lo mejor de la conversa algún extraterrestre aumentó el volumen de la música de ambiente hasta tal punto que todo el ambiente se hizo música estridente y sólo podíamos observar nuestros labios moverse. Justo entonces se produjo la migración al lugar más apartado de la terraza; allí, con un nivel justo y adecuado de sonido ambiental, la tertulia se prolongó hasta las diez y media de la noche. En la nueva ubicación se prosiguió la charla sobre anime japonés, redes neurales y comunicación entre neuronas, nanobots y revolución tecnológica. Cuando ya nuestros organismos estaban exhaustos de tanto metabolizar etanol, llegó una promotora de Solera y nos presentó la promoción imperdible de traga-más-cerveza-para-ganar-muchos-premios-incluso-más-cerveza, pero ya no éramos los mismos jóvenes del principio (algunos quizás nunca lo fuimos) y la reunión estaba llegando a su fin. En algún momento debía interpretar el papel de padre responsable y por eso lo hice justo en ese momento, había llegado la hora de decir adiós y dije: adiós.
Mucho me gustaría hablar más de los sucesos que acontecieron ese día sábado pero mi memoria atenazada por el Alzheimer no ha logrado recordarlos... ¿He terminado?
¿Alguien puede aportar detalles que enriquezcan la crónica?
Faltan las fotos de Juan Raffo y José Contreras...
Colocaré este archivo en la página de UBIK... qué más, qué más... Lo he olvidado".
La reunión informal se celebró en la terracita de la Fuente de Soda El León en La Castellana (donde se piensa celebrar la próxima tertulia este sábado venidero). Asistimos unos cuantos locos que leemos CF y demás hierbas desde hace unos cuantos años y aún lo hacemos aunque el sentido común parecen señalar con demasiada sensatez que debiéramos dedicarnos a tareas menos irrealistas y más "productivas" (tremendo estremecimiento colocar tales palabras y en esa secuencia con su carga semántica).
Ojalá que la actividad dure el doble de lo que como actividad humana tiene que durar, que se afinque y tienda sus raíces y cuando le de la gana rinda frutos.
Seguidamente copio la crónica que en un momento de espasmo cerebral llegué a escribir (el tono personal es absoluta culpa mía, pero la verdad es que sí estuve allí):
"Llegué tarde a la fuente de soda El León (quizás las cinco de la tarde), lo admito, pero llegué quinto y hubo siete que llegaron después de mí (probable indicador de lo dispersa que fue la reunión). Ya estaba Juan Raffo, quien fue engañado con artes ignotas para fungir de maestro de ceremonias de la tercera tertulia ante la ausencia de Susana Sussmann. Apenas llegué, y debo mencionar que bien acompañado porque si no cualquiera pensaría lo peor de mí, se retiró uno de los tertulianos cuyo nombre no logro aún recordar pues apenas nos presentamos huyó por la derecha. El sol ya declinaba en algún punto del oeste, pero sus rayos oblicuos herían mis ojos y un calorcillo desagradable aún podía sentirse en el cuerpo. Estaban presentes el susodicho Juan Raffo con una cámara fotográfica de batería exhausta, Guido Nuñez, biólogo visitante de la lejana Mérida y José Contreras, químico erudito versado en el conocimiento del mono acuático y otros secretos.
Lo acontecido antes de nuestra llegada (yo y mis acompañantes), lo ignoro. Según Juan, había sido tentado cual apóstol por el abandono y estuvo a punto de marcharse, pero almas perdidas llegaron a tiempo para redimirlo y esclavizarlo a un futuro de CF, Fantasía y Terror. He dicho que llegué bien acompañado porque fui maniatado por mi esposa (Fili) y mis dos hijas y obligado por antiguas artes Bene Gesserit a llevarlas a la reunión... afortunadamente, pues fueron las únicas féminas que se apersonaron en toda la noche (uno de los mayores misterios del género fantástico es esa preponderancia masculina -que lo digan los fantasmas del reino de Ubikness).
La conversación se inició lentamente, como con la intención de afianzar las palabras por temor a perderlas en una ventolera. No pasaron diez minutos y llegó la primera oleada de la gente de Umbral (Walter et al.). Ya nos habíamos cambiado de la mesa de cuatro puestos a una siamesa donde se pudieron encasquetar más diez asientos. Casi enseguida llegó también Víctor Pineda. José Contreras marcó la pauta de ese inicio trémulo, planteándome su inquietud de hablar sobre los libros gratis, luego discurrió como todo buen amante del género a otros temas de ciencia y CF, incluyendo una interesante explicación del ascensor de nanotubos. En ese momento la conversación comenzó una combustión más eficiente y se habló de feminismo y varones domados, aprovechando que las tres mujeres se habían ido momentáneamente al McDonalds cercano a comprar unos helados (visiblemente insatisfechas por la calidad del helado de la fuente de soda).
Curiosamente se habló de los objetivos de UBIK y de Umbral, la coincidencia en las metas trazadas por ambas asociaciones sólo podría sorprender a un oligofrénico; sin embargo, quedamos sorprendidos y transamos en que UBIK se dedicara a compilar la palabra y Umbral a predicarla. Los umbralosos ante las preguntas de los presentes informaron que afortunadamente no se había grabado la emisión radiofónica del primer programa de los miembros del grupo. De tal manera que la posteridad no se enterará jamás de lo dicho en dicho programa, pero rogamos a los testigos presenciales por un resumen. Los ubikuos por su parte mostraron el acta constitutiva en su enésima versión, comentaron el descubrimiento de la supervivencia y aparente buena salud del UBIK USB y la intención de uno de sus miembros de organizar un congreso de Ciencia Ficción el año próximo. Lamentablemente, Christian León, ubikuo-USB, propulsor de la iniciativa no se presentó, por lo que no se adelantó nada más en ese sentido.
En ese momento la charla se diversificó por fisión multitudinaria, se hablaba de Memento mori, de glicólisis, de Asimov, de Alzheimer y del mono acuático. En algún punto cercano de las seis de la tarde, José Contreras propuso hablar sobre los libros gratis y nunca terminamos de escuchar su propuesta porque ya conocemos lo polémico que resulta ese tema. La noche se avecinaba y los umbralosos y José se ahuyentaron como una especie de antivampiros y nos dejaron más desamparados que población desplazada por alguna jihad de un nuevo Kwisatz Haderach.
En ese momento Juan Raffo desahució a su cámara fotográfica por falta de energía, nos quejamos por lo escuálida que pintaba la tertulia de ese instante en adelante y por arte de magia dimos otro ejemplo de lo extremadamente adaptable que es el Homo sapiens a situaciones desfavorables: la conversación volvió a animarse y se habló mucho sobre la escasez de libros de CF que es patente en cualquier librería venezolana, se habló de autores y de cuál fue nuestro bautismo en el género. Yo volví nuevamente a fastidiar con mi incapacidad de leer obras de gran longitud sentado frente a una pantalla de computador: una nalguita sí y otra no, inclinado hacia delante o reclinado hacia atrás lo más posible, leyendo lentamente hasta que los calambres te atormenten por los siglos de los siglos, pero aparentemente nadie más sufre de tales inconvenientes ergonómicos. Guido Núñez me propuso usar un PDA para aliviar mi escozor tecnológico y nos mostró su nuevo nené, le sonreímos e hicimos morisquetas a la HP Jornada y hasta más de una mala idea pasó por mi cabeza (y no piensen mal que todas se relacionaban con la lectura). Tal vez haya una esperanza para la carencia de literatura de CF en Venezuela, tal vez la tecnología se esté acercando a la verdadera comodidad del papel.
Quizás serían unos minutos después de las siete de la noche cuando apareció Alexis y la segunda ola de umbralosos. El hombre parecía un tantín desorientado y pasó un par de veces a nuestro lado sin darse cuenta del tema de conversación que tratábamos, cuando se encaramó en la mesa fue que notó nuestra presencia. Alexis había estado en la charla sobre clonación que se había dictado en el planetario. La charla en cuestión había comenzado con la exhibición de un capítulo de Enterprise que tocaba el tema. Alexis nos hizo un resumen de lo acontecido y la tertulia se decantó en una interesante discusión sobre clonación y células madre. A mitad de lo mejor de la conversa algún extraterrestre aumentó el volumen de la música de ambiente hasta tal punto que todo el ambiente se hizo música estridente y sólo podíamos observar nuestros labios moverse. Justo entonces se produjo la migración al lugar más apartado de la terraza; allí, con un nivel justo y adecuado de sonido ambiental, la tertulia se prolongó hasta las diez y media de la noche. En la nueva ubicación se prosiguió la charla sobre anime japonés, redes neurales y comunicación entre neuronas, nanobots y revolución tecnológica. Cuando ya nuestros organismos estaban exhaustos de tanto metabolizar etanol, llegó una promotora de Solera y nos presentó la promoción imperdible de traga-más-cerveza-para-ganar-muchos-premios-incluso-más-cerveza, pero ya no éramos los mismos jóvenes del principio (algunos quizás nunca lo fuimos) y la reunión estaba llegando a su fin. En algún momento debía interpretar el papel de padre responsable y por eso lo hice justo en ese momento, había llegado la hora de decir adiós y dije: adiós.
Mucho me gustaría hablar más de los sucesos que acontecieron ese día sábado pero mi memoria atenazada por el Alzheimer no ha logrado recordarlos... ¿He terminado?
¿Alguien puede aportar detalles que enriquezcan la crónica?
Faltan las fotos de Juan Raffo y José Contreras...
Colocaré este archivo en la página de UBIK... qué más, qué más... Lo he olvidado".
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